Ven con nosotros a vivir la aventura que contarás toda la vida
Ciudad Perdida en grupo: adrenalina, naturaleza salvaje y una familia viajera que te impulsa
Viaje de 8 días
2026
- Del 06 al 13 de Enero
- Del 04 al 11 de Julio
Grupo exclusivo
- Mínimo: 5 viajeros
- Máximo: 10 viajeros
Aquí vienes a caminar, a reír, a vencer miedos y a sentirte vivo.
A atravesar ríos, dormir en refugios en mitad de la selva, escuchar historias indígenas, compartir mesa con viajeros de otros países y empujar tus propios límites mientras el grupo te acompaña y te anima.
Este viaje es una mezcla perfecta de reto, diversión y magia inesperada: tubing en el río Buritaca, amaneceres que te tocan el alma, pasos que te transforman, noches frente al mar y una tribu que celebra contigo cada tramo superado.
Si estás buscando un viaje que te mueva, te rete, te conecte y te devuelva esa chispa de vida… acabas de encontrarlo.
Déjanos adivinar
Quieres una aventura que te haga sentir vivo… aunque sabes que en algún punto vas a pensar ‘¿y quién me mandó a mí?’
Justo ahí es donde nace tu orgullo.
Llevas tiempo pidiendo un respiro, pero lo único que haces es ponerte otro café.
Este viaje es esa “pausa” que tu mente suplica y tu corazón agradece.
Quieres viajar acompañado, pero con gente auténtica, risas reales y conversaciones que fluyen solas.
La magia de este viaje es que todos llegan buscándose sin decirlo… y terminan encontrándose sin planearlo.
Si estas frases te movieron algo por dentro (o te sacaron una pequeña risa), no te vayas.
Lo que viene a continuación explica por qué esta experiencia es distinta a cualquier viaje que hayas hecho.
Vi a personas llegar con dudas… y regresar con una fuerza que ni ellas sabían que tenían.
Porque aquí no vienes solo a caminar… vienes a transformarte mientras disfrutas cada paso.
Este viaje nació de una verdad simple:
muchas personas necesitan desconectar del ruido, recuperar la confianza en sí mismas y volver a sentir la vida en estado puro… pero no saben por dónde empezar.
Diseñé esta ruta para quienes desean una aventura real, sin filtros, sin prisas y sin pretensiones.
Para quienes quieren caminar en silencio, reír en grupo, compartir historias, retarse físicamente y volver a casa sabiendo que algo cambió por dentro.
Guiando esta experiencia vi algo precioso:
personas que llegaron con miedo, con dudas, con ese “¿seré capaz?” escrito en los ojos…
y que regresaron con una fortaleza que ni ellas sabían que tenían.
Aquí no te llevamos a “hacer un trekking” y ya.
Aquí te guiamos en un recorrido pensado para equilibrar:
✨ reto
✨ naturaleza
✨ cultura viva
✨ pausas para respirar
✨ y esa diversión espontánea que aparece cuando el grupo dice “¿tomémonos algo?”
Y lo más importante: no caminas solo.
Te acompaño yo, te acompaña la tribu, te acompañan guías locales que conocen cada piedra del camino, y te acompaña una energía que solo se siente en la Sierra Nevada.
Este viaje no se cuenta.
Se vive.
Y quienes lo han vivido saben que deja huella.
Imagínate aquí… respirando, riendo y sintiéndote más vivo que nunca.
Porque llevas demasiado tiempo posponiendo lo que tu cuerpo, tu mente y tu alma llevan pidiendo: un viaje que te devuelva la vida.
Santa Marta: el umbral donde comienza la historia
El viento del Caribe te recibe como si supiera que estás a punto de vivir algo grande. Tu viaje no empieza caminando: empieza sintiendo.
El trekking que despierta tu fuerza dormida
Cada paso te enfrenta contigo mismo. Cada subida te recuerda por qué viniste. Y cada tramo superado te dice: “Mira lo que eres capaz de hacer.”
Ríos que te llevan, selva que te sana
Cuando cruzas el primer río, lo entiendes: no estás aquí para avanzar… estás aquí para renacer.
Tubing en el Buritaca: la risa que libera
Flotas, ríes, gritas de emoción. Por un instante, el mundo se detiene. Y tú también.
Ciudad Perdida: tu encuentro con lo sagrado
Los 1.200 escalones no se suben con las piernas… se suben con decisión. Y cuando llegas arriba, la selva te regala una verdad: no eras tú buscando un camino… era el camino encontrándote a ti.
Palomino: el cierre perfecto de una historia épica
El mar frente a ti. El cuerpo cansado. El alma llena. Y un brindis que suena a promesa: “Esto lo llevo conmigo para siempre.”
Grandeza
“Nunca pensé que un viaje pudiera cambiarme tanto.
Llegué con dudas, con miedo de no poder…
y regresé con una fuerza que ni conocía.
La montaña te rompe un poquito, pero después te reconstruye más fuerte.
Lo mejor de todo fue sentir que nunca estuve solo:
el grupo, las risas, el apoyo…
y ese momento en Ciudad Perdida donde entendí por qué vine.
Este viaje es un antes y un después.”
Lo que estás a punto de vivir no se camina… se siente
Este viaje es un recorrido que mezcla aventura, desafío, cultura ancestral, naturaleza viva y momentos de una belleza que cuesta describir.
Durante estos días caminarás por selva, cruzarás ríos, subirás montañas, dormirás en refugios, conocerás comunidades indígenas, reirás con el grupo, respirarás profundo, te retarás y descubrirás que puedes más de lo que imaginabas.
Es una ruta donde el paisaje te abraza…
y la tribu te impulsa.
DÍA 1 — LLEGADA Y AGRUPACIÓN
El inicio suave… donde empieza a nacer la tribu
Llegas a Santa Marta, sientes la brisa cálida y te das cuenta de que el viaje ya empezó, aunque todavía no hayas caminado.
Aparecen las primeras miradas curiosas, las primeras risas tímidas, las primeras preguntas internas:
“¿Cómo será el grupo?”
“¿Me llevaré bien con todos?”
Pero hay algo en el ambiente…
Una mezcla de emoción, nervios bonitos y esa sensación de que estás exactamente donde tenías que estar.
Aquí el cuerpo se adapta, la mente se relaja, y poco a poco… empieza a aparecer esa energía que pronto será familia viajera.
DÍA 2 — CAMINATA AL PARQUE TAYRONA
Un día para recordar que caminar también puede ser un acto de libertad
El día arranca con la selva del Tayrona recibiéndote como si abriera sus brazos.
Senderos entre árboles gigantes, brisa marina escondida entre el follaje, el sonido del mar sin verlo aún…
La caminata te permite aterrizar en el viaje:
no hay prisa, no hay afán.
Solo pasos, naturaleza y conversaciones que comienzan a fluir.
Aquí empiezas a entender que caminar no es solo avanzar:
es volver a ti.
DÍA 3 — TUBING EN EL RÍO BURITACA
El día en que la risa limpia el alma
Este es el día en que el grupo deja la timidez.
Entre risas, caídas suaves, gritos de emoción y agua fresca corriendo bajo ti, pasa algo hermoso: todos se sueltan.
El tubing es ese momento donde te ríes sin filtro, donde te olvidas de todo, donde vuelves a sentirte niño.
Vas flotando y piensas:
“Qué rico es vivir así, sin prisa y sin peso.”
Es imposible terminar este día sin sentir que algo por dentro se desbloqueó.
DÍAS 4 AL 7 — TREKKING DE 4 DÍAS A CIUDAD PERDIDA + NOCHE FINAL EN PALOMINO
Aquí empieza la parte que no se olvida
Los primeros pasos del trekking despiertan la realidad:
humedad, respiración acelerada, selva viva, botas que pisan barro, miradas de “esto va en serio”.
Aparecen las dudas:
“¿Y si no puedo?”
“¿Y si me quedo atrás?”
Y también aparece lo más inesperado:
una mano que ayuda, alguien que ofrece agua, otra persona que dice:
“Vamos, yo te espero.”
A partir de aquí, se forma la tribu.
Una tribu que ríe, que se anima, que se queja junta, que celebra cada kilómetro.
Cruzas ríos.
Escuchas historias indígenas.
Caminas en silencio.
Respiras profundo.
Y descubres un tipo de fuerza que no sabías que tenías.
Y entonces llega el momento:
los 1.200 escalones.
No los subes con las piernas.
Los subes con el alma.
Cuando llegas a Ciudad Perdida, ocurre algo difícil de explicar:
silencio, emoción, lágrimas contenidas o liberadas, orgullo…
una sensación de que estás frente a algo sagrado y que tú también cambiaste un poco en el camino.
Al terminar el trekking, Palomino te recibe como un abrazo.
La playa, el descanso, la comida rica, la cerveza fría…
Ese brindis final donde todos piensan lo mismo sin decirlo:
“Lo logramos. Y no solo el trekking.”
DÍA 8 — DESCANSO EN PALOMINO Y REGRESO
El cierre perfecto… donde entiendes por qué viniste
Este día es suave, cálido, lento.
Es para dejar que el cuerpo repose y el alma procese lo vivido.
Miras el mar, respiras profundo y piensas:
“No sabía cuánto necesitaba esto.”
Aquí se cierra el viaje, sí…
pero también se abre un antes y un después.
Vuelves diferente.
Vuelves más tú.
¿Quién te acompaña en este viaje?
Soy William Torres, diseñador y coordinador de este viaje con ganas de compartir, vivir y disfrutar una nueva aventura.
Soy quien te acompaña en esta aventura…
pero no como un simple guía,
sino como alguien que ya vivió este camino, que lo siente, que lo respeta
y que sabe exactamente lo que se mueve por dentro cuando te enfrentas a la montaña.
He visto a personas llegar con dudas, con cansancio acumulado, con miedo de no poder…
y regresar con una fuerza que ni ellas sabían que tenían.
Por eso estoy aquí:
para acompañarte en ese proceso,
para ayudarte cuando flaquees,
para impulsarte cuando lo necesites
y para celebrarte cuando descubras todo lo que llevas dentro.
Mi estilo es simple:
caminar contigo, escucharte, darte espacio, darte calma, darte seguridad…
y recordarte, cuando te haga falta, que sí puedes.
Viajar conmigo es viajar con alguien que se toma en serio tu bienestar,
tu ritmo, tu experiencia y tu transformación.
Aquí no te empujo: te acompaño.
Indispensables para viajar a mi lado:
Presencia
Viajo contigo, no delante ni detrás.
Estoy para ayudarte, escucharte, apoyarte y darte el espacio que necesites.
En este viaje no eres un número: eres parte de una tribu.
Te quiero ver viviendo, conectado con el momento y disfrutando de la aventura.
Respeto profundo por la montaña y la cultura
Ciudad Perdida no es un destino más.
Es un territorio sagrado, vivo y lleno de historia.
Mi compromiso es guiarte con respeto, conciencia y gratitud hacia quienes lo habitan.
Acompañamiento real, humano y cercano
No estoy aquí para “dirigir un grupo”.
Estoy aquí para acompañarte desde lo humano: cuando te canses, cuando avances, cuando rías, cuando te sorprendas y cuando descubras esa fuerza interna que te trajiste desde casa pero que aquí… despierta.
Caminar lejos para volver a escucharte
Vivimos acelerados, hiperconectados y saturados de estímulos.
Opiniones, mensajes, responsabilidades, expectativas ajenas.
Tanto ruido… que a veces dejamos de escucharnos.
Este viaje nace como una pausa consciente.
No para escapar de tu vida,
sino para tomar la distancia justa que te permita mirarla con claridad.
Caminar lejos no es huir.
Es crear espacio.
Espacio para que el cuerpo marque el ritmo.
Para que la respiración vuelva a ser profunda.
Para que el silencio haga su trabajo.
En la selva no hay prisa.
No hay notificaciones.
No hay máscaras que sostener.
Solo pasos, cansancio honesto, descanso merecido y momentos de una belleza tan simple que te obligan a estar presente.
Poco a poco, algo cambia.
La mente baja el volumen.
El cuerpo se ordena.
Y esa voz interna —la que siempre sabe— vuelve a escucharse con nitidez.
Este no es un viaje para “desconectar de todo”.
Es un viaje para reconectar contigo sin interferencias.
Para recordar qué te mueve, qué necesitas, qué ya no quieres cargar.
Caminas lejos…
para volver a ti con más claridad, más calma
y una sensación profunda de coherencia interna.
Si ahora mismo sientes que no sabes si es “el momento adecuado”,
si piensas que no puedes parar,
o que tienes demasiadas cosas en la cabeza…
Justamente por eso este viaje existe.
No necesitas llegar con respuestas.
No necesitas saber qué estás buscando.
El camino se encarga de eso,
si le das el tiempo y el espacio.
Lo que se llevan quienes ya caminaron este viaje
Cada persona vive este viaje a su manera.
Pero hay algo que se repite una y otra vez cuando regresan:
la sensación de haber parado, respirado… y vuelto distintos.
“Llegué con la cabeza llena y el cuerpo cansado, aunque no lo admitiera.
Pensé que venía a caminar y a conocer un lugar…
y terminé escuchándome como no lo hacía desde hace años.
No fue solo el paisaje, fue el ritmo, el silencio, la gente, el acompañamiento.
Volví con menos ruido dentro y con decisiones más claras.
Este viaje me dio algo que no sabía que necesitaba.”
“Tenía dudas antes de venir.
Dudaba de mi forma física, de si encajaría, de si valía la pena parar tantos días.
Hoy puedo decir que fue una de las mejores decisiones que he tomado.
Nadie te exige nada, pero el camino te muestra de lo que eres capaz.
Volví más tranquilo, más presente y con una sensación muy clara:
estaba viviendo demasiado rápido.”
¿Qué incluye el viaje?
Para que puedas decidir con calma y claridad, aquí te explico qué está incluido y qué no en este viaje.
Sin letra pequeña.
Sin sorpresas.
Solo lo necesario para que sepas exactamente cómo cuidamos de ti durante toda la experiencia.
Acompañamiento
Caminar contigo, no delante de ti.
Este viaje no se guía desde la prisa ni desde la distancia.
Se acompaña desde la presencia.
Eso significa caminar a tu ritmo, observar cuándo necesitas una pausa, saber cuándo una palabra ayuda… y cuándo el silencio es suficiente.
El acompañamiento aquí no busca corregirte ni exigirte.
Busca sostenerte mientras atraviesas la experiencia.
Me encargo de la logística, del recorrido, de los tiempos y de lo práctico,
para que tú puedas estar donde realmente importa:
en el camino y en lo que se mueve dentro de ti mientras caminas.
Cuidado y estructura del viaje
Todo lo necesario para que solo te ocupes de caminar
Este viaje está diseñado para que no tengas que pensar en nada más que en vivir la experiencia con calma y presencia.
Cada traslado, cada alojamiento y cada actividad están coordinados para respetar el ritmo del grupo y del entorno.
Dormimos donde tiene sentido dormir, comemos para recuperar energía y nos movemos sin prisas innecesarias.
La estructura sostiene la experiencia sin imponerse.
Está ahí para cuidarte, no para marcarte.
Actividades sueltas
Momentos que no se planean, se viven
Hay partes del viaje que no se pueden encajar en un horario rígido.
Momentos que aparecen cuando el cuerpo se relaja y la mente deja de anticiparse.
El tubing en el río, las caminatas sin prisa, los baños improvisados, las conversaciones al caer la tarde, el descanso frente al mar…
No son actividades “extra”.
Son espacios donde todo lo anterior se asienta.
Aquí no llenamos el tiempo.
Le damos espacio para que pase lo importante.
Vivencias que sostienen el viaje
Experiencias que acompañan el proceso
Cada actividad del recorrido tiene una intención clara:
ayudarte a bajar el ritmo, a habitar el cuerpo y a integrar lo que vas viviendo paso a paso.
Nada está pensado para impresionar.
Está pensado para acompañar el proceso físico y emocional que atraviesas durante estos días.
Por eso combinamos movimiento y descanso, reto y pausa, grupo y espacio personal.
El viaje no te empuja.
Te acompaña.
Lo práctico al servicio de lo esencial
Una experiencia cuidada de principio a fin
Todo lo que sostiene este viaje —transportes, alojamientos, comidas, actividades y guiado— está pensado para que puedas confiar y soltar.
Cuando lo práctico funciona, lo esencial aparece.
Y aquí lo esencial eres tú viviendo el camino con presencia, sin interrupciones, sin ruido innecesario.
Ese es el verdadero lujo de esta experiencia.
Otros imprescindibles a tener en cuenta
Lo importante, explicado con claridad
Antes de tomar la decisión, quiero que tengas toda la información necesaria.
No para convencerte, sino para que sepas exactamente cómo es esta experiencia y si encaja contigo.
Aquí no hay letra pequeña.
Hay honestidad, cuidado y coherencia con la forma en la que viajamos.
Comidas
Durante todo el viaje, todas las comidas están incluidas.
No como un extra, sino como parte esencial del cuidado del grupo y del ritmo del camino.
Desde el primer día hasta el regreso, las comidas están pensadas para sostener el cuerpo, acompañar el esfuerzo físico y facilitar la recuperación.
Durante el trekking, la alimentación se adapta al entorno y a la exigencia de cada jornada:
comidas sencillas, nutritivas y suficientes, preparadas para que puedas seguir caminando con energía y bienestar.
Fuera de los días de caminata, las comidas siguen siendo parte del viaje:
momentos para sentarse, compartir, descansar y dejar que el cuerpo asimile todo lo vivido.
Aquí comer no es algo que tengas que organizar ni decidir.
Está resuelto para que tú puedas estar presente, tranquilo y cuidado durante toda la experiencia.
Alojamiento
Los alojamientos están elegidos por una razón muy concreta:
que puedas descansar de verdad después de cada jornada.
No buscamos lujo innecesario, sino lugares coherentes con el entorno, limpios, sencillos y funcionales, donde el cuerpo pueda recuperarse y la mente bajar revoluciones.
Dormir bien también forma parte del viaje.
Y aquí lo tenemos en cuenta.
- 3 Noches en hostal en Santa Marta
- 3 noches en refugios, durante el trekking de ciudad perdida, camarotes, hamacas, según disponibilidad
- 1 Noche en hostal en Palomino
Transporte
El recorrido combina distintos tipos de transporte, siempre elegidos en función del momento, del tramo y de lo que mejor se adapte al grupo y al territorio.
A lo largo del viaje utilizaremos buses de turismo, transporte público local, motos y camionetas 4×4, según el contexto de cada día y el acceso a las diferentes zonas.
Esta variedad forma parte de la experiencia real de moverse por el norte de Colombia y de entender el entorno tal como es.
En viajes de este tipo pueden surgir imprevistos: cambios de horarios, condiciones del camino o ajustes necesarios sobre la marcha.
Cuando esto ocurre, el objetivo es claro: no perder tiempo ni energía, y resolver cada situación utilizando el transporte más adecuado en ese momento.
Tú no tienes que preocuparte por nada.
La logística, las decisiones y las adaptaciones se gestionan sobre el terreno para que el viaje siga fluyendo con calma, seguridad y coherencia.
Aquí el transporte no es solo un medio para llegar.
Es parte del camino…
y está al servicio de la experiencia, no al revés.
No incluye
Para evitar confusiones, esto es lo que no está incluido en el viaje:
- Vuelos nacionales o internacionales hasta el punto de encuentro, Santa Marta, Colombia.
- Gastos personales
- Bebidas alcohólicas
- Propinas (opcionales)
Todo lo demás que forma parte de la experiencia esencial del viaje está cuidado y contemplado.
“Me encanta, y quiero unirme al equipo aventura, pero…”
Si esta frase te ha pasado por la cabeza, es normal.
Significa que algo de este viaje te llama…
y que al mismo tiempo te estás haciendo las preguntas correctas.
Dudas sobre el momento, el cansancio, el dinero, el tiempo o si “es para ti” aparecen siempre antes de dar un paso importante.
Por eso, antes de decidir, te invito a algo muy simple:
vuelve a leer esta página con calma
y pregúntate si lo que has sentido es ruido…
o una certeza tranquila.
El camino no empuja.
Invita.
¿Cuál es el siguiente paso?
Y ¿Cómo puedo pedir cita con el coordinador para que me cuente más cosas y optar por una plaza en el equipo Tulia?
VIAJE EN GRUPO A SANTA MARTA, CIUDAD PERDIDA Y PALOMINO
De autor, aventurero y listos para sentirnos más vivos- Un viaje de diseño de autor.
- Acompañamiento antes, durante y después del viaje.
- Sin intermediarios cobrando de más
- Selección de equipo – mismos gustos y valores
- Aporte a comunidades indígenas
- Incluyendo todo lo ya mencionado arriba
- No incluye vuelos (parte variable del viaje)
¿Te parece?
Si has sentido calma al leer esta página,
si no te ha empujado, sino acompañado,
si la idea de caminar, parar y escucharte te resulta más atractiva que correr…
Entonces sí.
Tiene sentido que lo hablemos.
5 Pasos para conseguir tu cupo
Cómo pasar de “me resuena” a “estoy dentro”
Este viaje no se reserva con un clic impulsivo.
Se accede con intención.
Las plazas son limitadas porque el acompañamiento, el ritmo y la experiencia lo son.
Por eso el proceso es sencillo, pero consciente.
Paso a paso.
- Para acceder al viaje, primero debes el video de 3 minutos y rellenar el formulario que nos ayuda a ayudarte mejor. No supone ningún compromiso para ti y a ambos nos ayuda a identificar si vas en línea con el viaje que se propone. Así nos aseguramos de que vas a disfrutar al máximo en el equipo nómada.
Mira el Video y rellena el formulario - Contactamos contigo para agendar una sesión de descubrimiento en directo en 20 minutos, por teléfono o videollamada. Será una charla divertida, resolveremos tus dudas, te contaremos más cosas interesantes del viaje… y te ayudará a decidir si este viaje es para ti.
- Si hay conexión entre nosotros y encajas dentro del tipo de persona que buscamos para el disfrute máximo del viaje, podrás seguir adelante con la reserva que asegura tu plaza. A partir de este momento estaremos en contacto para ayudarte en todo lo que necesitas.
- Una vez tengamos el grupo mínimo creamos el grupo exclusivo de Whatsapp para empezar a calentar motores. Te ayudamos con la compra de los vuelos, reservas, seguro de viaje…. Nos puedes consultar lo que quieras y cuando quieras. Estamos para ayudarte y lo hacemos en directo.
- Durante los meses previos al viaje haremos unas charlas en directo y sesiones de descubrimiento para que puedas decidir qué hacer en los días y ratos libres del viaje… ¡Cuando lleguemos al aeropuerto o nos reunamos en el hostal, seremos un equipo unido dispuesto a vivir la aventura de forma intensa!.
Lo que estás contratando, explicado con claridad
Este viaje no es un paquete estándar ni una suma de servicios sueltos.
Es una experiencia cuidada, diseñada paso a paso, donde cada decisión —logística, humana y práctica— tiene un porqué.
En este bloque te explico cómo funciona el proyecto,
qué estás pagando exactamente
y qué es importante que sepas antes de decidir.
Sin adornos.
Sin letra pequeña.
Sin promesas infladas.
TULIA funciona con una idea muy clara:
viajar con sentido requiere estructura, pero también flexibilidad.
Antes del viaje, hay un proceso de selección consciente:
conversamos, resolvemos dudas y confirmamos que el reto físico y la experiencia encajan contigo.
Durante el viaje, todo está organizado para que tú no tengas que gestionar nada:
ritmos, tiempos, logística, imprevistos y acompañamiento humano.
Y después, el viaje no se “apaga”.
La experiencia se integra porque no fue vivida desde la prisa ni desde el consumo,
sino desde la presencia.
El servicio que ofrecemos no es solo “llevarte a un lugar”.
Es acompañarte en un proceso completo, antes, durante y después del viaje.
Incluye:
- diseño y coordinación de toda la ruta
- acompañamiento humano constante
- gestión de transportes, alojamientos, comidas y actividades
- cuidado del ritmo del grupo
- resolución de imprevistos sobre el terreno
- y presencia real durante todo el recorrido
Nuestro trabajo es que tú puedas soltar el control, confiar y vivir el camino con calma.
El precio del viaje refleja:
- la duración (8 días completos)
- la complejidad logística del recorrido
- el acompañamiento cercano en grupo reducido
- el trekking guiado de 4 días a Ciudad Perdida
- todas las comidas, alojamientos y transportes
- y el trabajo previo y posterior al viaje
No estás pagando solo noches o traslados.
Estás pagando estructura, cuidado y presencia.
Este modelo no busca ser el más barato del mercado.
Busca ser coherente con la experiencia que propone.
Los vuelos hasta el punto de encuentro no están incluidos.
Esto es intencional.
Nos permite:
- que cada viajero salga desde su ciudad
- que elijas horarios que se adapten a ti
- y que tengas mayor flexibilidad
Una vez confirmada tu plaza, te orientamos sobre fechas, horarios recomendados y aeropuertos, para que puedas reservar con tranquilidad y sin errores.
No somos un tour masivo.
No somos una experiencia de lujo desconectada del entorno.
No somos un viaje de consumo rápido ni de fotos encadenadas.
No prometemos transformación instantánea ni respuestas mágicas.
Somos un proyecto que cree en:
caminar despacio,
acompañar de verdad,
respetar el territorio
y crear el espacio para que cada persona viva su propio proceso.
Si buscas comodidad absoluta, animación constante o exigencia cero,
este no es tu viaje.
Si buscas presencia, reto honesto y una experiencia cuidada,
probablemente sí.
Preguntas frecuentes
Las dudas normales antes de dar un paso importante
Si estás aquí, es probable que algo de este viaje ya te haya resonado.
Y también es normal que antes de decidir aparezcan preguntas.
Aquí respondemos a las más habituales, con claridad y sin rodeos.
¿Necesito experiencia previa en trekking?
Sí, es importante tenerlo en cuenta.
Este viaje incluye un trekking de 4 días consecutivos caminando por selva, con calor, humedad, desniveles y jornadas largas.
No es una caminata suave ni un paseo ocasional.
No necesitas ser atleta ni montañista profesional,
pero sí es recomendable tener una buena condición física, estar acostumbrado a caminar varias horas y, preferiblemente, mantener algún hábito de actividad física.
Personas con buena forma física suelen disfrutar mucho el reto.
Quienes no caminan con frecuencia o no tienen el hábito del ejercicio constante, suelen vivirlo como un desafío más exigente.
Por eso este viaje no va de “ver si puedes”,
sino de prepararte, escucharte y decidir con honestidad si este es tu momento.
El acompañamiento, el ritmo cuidado y el apoyo constante están ahí para sostenerte,
pero el compromiso con el camino empieza antes de llegar.
¿Y si siento que no puedo con algún tramo?
Es una pregunta muy habitual, y es importante responderla con honestidad.
El objetivo del viaje es realizar todo el recorrido caminando, vivir el proceso completo y atravesar el reto paso a paso, juntos.
Ese es el sentido de la experiencia y lo que la hace tan gratificante a nivel personal.
Dicho esto, en caso de que por una condición física puntual, agotamiento extremo o situación médica no sea posible continuar algún tramo caminando, existen servicios adicionales locales como burros o motos que pueden ayudar en momentos concretos del camino.
Estas opciones están pensadas como apoyo excepcional, no como la forma habitual de hacer la ruta.
Siempre se valora primero acompañar, ajustar el ritmo, hacer pausas y sostenerte para que puedas continuar caminando.
La experiencia está diseñada para vivirse en grupo, con apoyo constante, ánimo compartido y una sensación muy real de “no estoy solo en esto”.
Y cuando se logra completar el recorrido, la satisfacción es profunda, honesta y difícil de explicar con palabras.
Aquí no se trata de forzar el cuerpo,
pero tampoco de rendirse a la primera dificultad.
Se trata de caminar juntos, con compromiso, cuidado y respeto por tus propios límites.
¿Qué tipo de grupo se forma en este viaje?
Grupos reducidos, con personas que llegan por motivos distintos, pero con una intención parecida:
parar, respirar y vivir algo con sentido.
No es un viaje de fiesta constante ni de aislamiento total.
Hay momentos compartidos y momentos de silencio.
Y cada persona encuentra su espacio sin tener que encajar en ningún molde.
¿Cómo son los alojamientos? ¿Son cómodos?
Los alojamientos están elegidos para cumplir una función muy clara:
permitirte descansar y recuperar energía.
Son sencillos, coherentes con el entorno y pensados para el tipo de experiencia que vivimos.
No buscamos lujo innecesario, sino comodidad real y descanso.
Dormir bien también es parte del cuidado.
¿Qué pasa si surge algún imprevisto durante el viaje?
En viajes de este tipo, la flexibilidad es parte del camino.
Si surge cualquier imprevisto —clima, transporte, tiempos— se gestiona sobre el terreno utilizando la mejor opción disponible en ese momento, siempre priorizando la seguridad, el bienestar del grupo y el buen desarrollo del viaje.
Tú no tienes que resolver nada.
Ese es precisamente uno de los valores del acompañamiento.
¿Están incluidas todas las comidas?
Sí.
Durante todo el viaje, todas las comidas están incluidas.
La alimentación forma parte del cuidado del grupo y del sostenimiento físico durante la experiencia, especialmente durante los días de trekking.
No tendrás que preocuparte por organizar, buscar ni decidir dónde comer.
¿Es un viaje espiritual?
No en el sentido tradicional.
No hay rituales impuestos ni discursos espirituales.
Lo que ocurre es más sencillo y más honesto:
el silencio, el movimiento y la naturaleza hacen su trabajo.
Cada persona vive el viaje desde su propia experiencia, sin etiquetas.
¿Y si voy solo/a?
La mayoría de las personas que hacen este viaje vienen solas.
El acompañamiento y la forma en que se vive el camino hacen que la sensación de soledad desaparezca rápido, sin forzar vínculos ni dinámicas artificiales.
Aquí no tienes que “integrarte”.
El camino se encarga de eso.
¿Cómo sé si este viaje es para mí?
Si al leer esta página no sentiste urgencia, sino calma.
Si algo te habló bajito, en lugar de gritarte.
Si la idea de caminar, parar y escucharte te resulta más atractiva que tachar un destino…
Probablemente este viaje ya te eligió a ti.